La matanza en el Centro de Recuperación Regional de Altamira (Crralt), en Pará, al norte de Brasil, ha sido la segunda peor de la historia brasileña y expone las entrañas de un sistema penitenciario mortífero, en que quien entra probablemente no tendrá más posibilidad de recuperarse. En menos de una semana, el recuento de una guerra entre facciones subió a 62 muertos, cifra que incluye 16 hombres decapitados.
#2 por suerte vive en un país civilizado que respeta los derechos humanos. Esta claro que todos querríamos verlo en una cárcel de su país, pero quizá gracias a como somos aquí y como tratamos incluso a las personas de ese tipo, somos un país con tan poca violencia.
#2 un tio que pase una mala racha y acabe robando en un estanco, será más válido para la sociedad si pasa por una cárcel como en la que está Pioz, que por una como las brasileñas. La sociedad sale ganando con cárceles que traten como humanos a los que pasan por ellas.
Comentarios
El titular lo veo un poco flojo, yo le pondría un poco más de sensacionalismo.
#1 o lo utilizaría para una película de acción de los 90'
#1 Es el típico encabezamiento de Antena 3, ya estamos insensibilizados.
#1 Claro, yo podría "Molestias de ser un recluso en Brasil: Matanzas, decapitaciones y problemas con el PH de las piscinas entre otras quejas"
#1 Violencia extrema y salvaje en el horrible infierno de las temibles cárceles brasileñas. No creerás que pasó después.
Ahí encaja perfectamente el del metro de Argüelles en Madrid.
Me acuerdo del asesino de pioz que lo está pasando tan ricamente
#2 por suerte vive en un país civilizado que respeta los derechos humanos. Esta claro que todos querríamos verlo en una cárcel de su país, pero quizá gracias a como somos aquí y como tratamos incluso a las personas de ese tipo, somos un país con tan poca violencia.
#2 un tio que pase una mala racha y acabe robando en un estanco, será más válido para la sociedad si pasa por una cárcel como en la que está Pioz, que por una como las brasileñas. La sociedad sale ganando con cárceles que traten como humanos a los que pasan por ellas.