El acto de desplazarse sin cesar por las malas noticias en las redes sociales y leer cada dato preocupante que aparece, es un hábito que parece haberse convertido en algo común durante la pandemia de COVID-19 y la biología de nuestros cerebros puede desempeñar un papel en ello, explican los autores.
Comentarios
TE MA ZO
#3 Automáticamente también me vino a la mente esa canción, sí señor.
Han investigado el cerebro decamachosoft
¿Ah pero hay buenas noticias? Pues no salen en los telediarios
El problema es que te pones a leer las noticias y prácticamente todas son malas. Encontrar una buena noticia es como buscar una aguja en un pajar.
Seguro que Vallejo-Nágera lo habría llamado el gen rojo.