Las personas que toman una pastilla de azúcar pensando que es un calmante pueden disminuir su sensación del dolor. Este engaño del cerebro se denomina efecto placebo y, aunque es de sobra conocido por todos, los mecanismos biológicos que lo explican siguen siendo un misterio para los científicos. Ahora, un equipo de neurólogos ha identificado unos nuevos circuitos cerebrales en ratones que podrían ayudar a explicar por qué los placebos tienen estas sorprendentes propiedades.
Comentarios
Ya lo conté por aquí alguna vez pero hace ya varios años, un enfermero de mi centro de salud me “sacó” de un cólico de riñón infernal.
Él iba preparando todo lo que iba a utilizar conmigo: aguja, medicación, gasa, esparadrapo y mientras, me estaba hablando. Pero lo hacía de una manera “pelín” diferente.
Hubo momentos en que pensé “¿pero este tío no se da cuenta de que me estoy muriendo de dolor? ¿Qué película me estás contando”.
Al cabo de tres o cuatro minutos me preguntó: “¿todavía quieres que te ponga algo para el dolor?”.
Y ahí fue cuando flipé.
Había conseguido sacarme del estado de dolor.
Después me explicó que eso que hizo, en caso de funcionarle, sólo lo hace una vez porque si vuelves a coincidir con él “esperas” que te vuelva a sacar y no funciona.
Nunca más me volvió a pasar nada ni similar.
#1 Suena muy bien, pero a mí, hasta que no entró el analgésico en vena no se me fue el dolor del cólico de riñón. Y tengo mucha tolerancia al dolor.
#2 Hola, te hablo de uno de los más de 30 que he tenido.
En ese en concreto me fui a mi casa sin analgesia y a las 4 horas estaba enchufada a una bomba de fentanilo en el hospital.
#1 a veces si y otras veces no funciona, pero es cierto que el dolor está en el cerebro.
El placebo resulta muy peligroso porque te quita el dolor, que es un aviso del cerebro de que algo va mal, pero el problema ( lesión, enfermedad)...sigue su curso. Y si no la atajas puedes palmar. Quitar dolor si...pero hay que ir a la raíz y la homeopatía, summum del efecto placebo, te puede hacer mucho mal.