Los testículos humanos son mucho más pequeños, en proporción, que los de algunos de nuestros primos primates. La evolución puede explicarnos el porqué. Pero el tamaño de otras partes del cuerpo –como el mentón– es un misterio aún mayor. El cuerpo humano es una máquina cuyas numerosas partes —desde los detalles microscópicos de nuestras células hasta nuestras extremidades, ojos, hígado y cerebro— se han ensamblado a trompicones a lo largo de 4.000 millones de años. Pero los científicos aún se preguntan por qué evolucionamos hasta alcanzar.
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Estoy hasta los cojones de este titular y derivados.
De todo eso, ¿qué es lo que no hace el resto de primates?