Hace 3 años | Por painful a revistaad.es
Publicado hace 3 años por painful a revistaad.es

En 1998 la empresa de autobuses Auto-Res se desentendió del hotel Claridge, un reclamo de arquitectura brutalista patria cerca de Cuenca diseñado por Roberto Puig Álvarez en 1969. La Autovía del Mediterráneo acababa de inaugurarse y la antigua Nacional 3, que unía Madrid con Valencia, se quedaba así prácticamente sin tráfico. Como víctimas colaterales, los más de 5.000 metros cuadrados de este edificio hecho íntegramente de hormigón armado, que fue concebido a la sombra de los proyectos del gran Le Corbusier.

Comentarios

painful

#3 Pues me gusta más este artículo que el que he enviado.

MJDeLarra

Yo dormí en ese hotel en el 78, yendo desde Valladolid a Murcia de vacaciones en el 124 amarillo de mi padre.

¡Qué recuerdos!

karakol

Satán es mi Señor.

Suyo es el poder y la gloria.

z

#2 te me has adelantado.

¿Joya y brutalista en la misma frase?

drocab2012

Brutalista es que te pongan mirando a Cuenca...