Hace 7 años | Por Unregistered a gciencia.com
Publicado hace 7 años por Unregistered a gciencia.com

Las claves de la escopolamina, después del estudio científico que certifica el primer caso de violación por burundanga en España. Es posible que algunos pasajeros del Titanic consumieran burundanga en el viaje inaugural en la que se hundió el trasatlántico. Aunque en 1912 no se llamaba así, sino con su nombre técnico: escopolamina. Era un medicamento para la cinetosis. Sus efectos secundarios podían incluir alucinaciones e incluso la muerte. Así que, poco antes del Día D, el ejército de EEUU abandonó el uso de este medicamento. Traducción en #1

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Unregistered

Traducción automática (revisada por encima):

Así es la burundanga, la droga de la sumisión sexual (Gal)

Las claves de la escopolamina, después del estudio científico que certifica el primer caso de sumisión por burundanga en España

Es posible que algunos pasajeros del Titanic consumieran 'burundanga' en el viaje inaugural en la que se hundió el trasatlántico. Aunque en 1912 no se llamaba así, sino con su nombre técnico: escopolamina. Porque, luego, era un medicamento para la 'cinetosis', el mareo que algunas personas padecen al viajar en coche, en barco o en tren. También era usado como analgésico en los partos. Pero sus efectos secundarios, en caso de pasarse de la dosis, podían incluir alucinaciones y mismo la muerte. Así que, poco antes del Día D, el ejército de Estados Unidos abandonó este medicamento contra el mareo y comenzó a usar con sus tropas un antihistamínico, el 'dimenhidrinato', que también funcionaba pero resultaba casi inocuo. No se dilataban las pupilas y los soldados podían apuntar sin problemas con sus armas. En el desembarco de Normandía funcionó. Y, en España, el nuevo compuesto, basado en el antihistamínico, fue comercializado a partir de 1952 bajo a marca Biodramina.

De este modo, la escopolamina perdió mucha clientela. Dejó de ser el remedio más habitual para los mareos. Aunque se sigue vendiendo bajo diversas marcas, también en parches, ya no es el fármaco estrella de los viajes. También desapareció de los partos (después de una elevada mortalidad) y fue perdiendo popularidad, a pesar de que todavía está en la composición de muchos medicamentos, contra los síntomas del párkinson, por ejemplo. Usado para su fin y con la dosis correcta no tiene nada de particular. Es un principio activo bastante común.

Con todo, en los últimos años, este compuesto volvió a la actualidad convertido en una droga de sometimiento, utilizada para perpetrar robos o violaciones bajo la sumisión química de las víctimas. En realidad, tiene un nombre mucho más científico que burundanga, una palabra importada de América. Se llama escopolamina. Su fórmula es C17H21NO4. Y fue aislada por primera vez en 1880 por el químico alemán Albert Ladenburg, quien la encontró como un metabolito secundario de plantas de la familia de las solanáceas como el meimendro (Hyoscyamus niger), la mandrágora o el estramonio (Datura stramonium). Esta última planta tiene nombres populares en gallego que resultan bien clarificadores: 'figueira tola' (higuera loca), 'figueira do demo' (higuera del demonio) o 'herba do demo' (hierba del demonio). No olvidemos que estas son las plantas que, según la tradición, usaban las brujas para hacer sus pócimas.

La escopolamina tiene efectos secundarios como la dilatación de las pupilas o la contracción de los vasos sanguíneos. Y resulta muy peligrosa en dosis altas, porque puede causar convulsiones, depresión severa, arritmias cardíacas, insuficiencia respiratoria, colapso vascular o incluso la muerte.

El problema es que la escopolamina comenzó a ser usada como droga recreativa. Y esto suele generar problemas sobre todo cuando la dosis es muy importante. En los últimos años, aparecen noticias también de su uso delictivo, para la sumisión química de las víctimas en agresiones sexuales. Muchas de estas informaciones no pasan de leyenda urbana. De hecho, circulan bulos gravísimos, como que es suficiente con soplar 'unos polvos de burundanga' sobre una persona para que sea intoxicada. O que se puede transmitir por un simple abrazo o por un folleto impregnado con escopolamina. No es cierto. Pero que existe esta droga y que se usa para la sumisión química no es un mito.

Así lo advierte el primer estudio en España sobre un caso clínico, que fue publicado este verano. Médicos del Hospital Universitario de Son Espases, de Palma de Mallorca, consiguieron detectar burundanga en una paciente de 36 años que entró por Urgencias tras asegurar que había sido drogada por su ex marido.

La paciente llegó confusa, obnubilada, con un discurso incoherente, pupilas midriáticas (muy dilatadas), visión borrosa e inestabilidad en la marcha, segundo reflejaron los médicos. Los primeros análisis de orina dieron negativo por cannabis, benzodiacepinas, anfetaminas, éxtasis, cocaína y opiáceos. Tampoco se detectó etanol (alcohol) en suero. Y, cuando se activó el protocolo por una posible sumisión sexual, tampoco aparecieron tropina, hiosciamina, GHB [éxtasis líquido], ketamina, metoxetamina, alpha-PVP, metilona, mefedrona, MDPV y para-metoxi-metanfetamina. No había nada del catálogo que se suele buscar.

Pero los médicos de Son Espases siguieron adelante. La escopolamina no es fácil de detectar en los análisis más comunes de los hospitales. Así que los investigadores baleares tuvieron que recurrir a la cromatografía de gases ajustada a espectrometría de masas. Son dos técnicas caras y que exigen aparatos muy avanzados (sobre todo a segunda), pero que dan resultados que identifican cada molécula. Y la burundanga apareció. El caso se convirtió en un artículo científico publicado ahora en la revista Medicina Clínica.

Así que también es falso que no exista la llamada burundanga. Ahora bien, su uso no es común. Ni mucho menos está extendido, segundo señalan los expertos. Está más de moda nos medios que en la realidad, pero el estudio deja claro que no es una leyenda urbana: El uso de la escopolamina en nuestra entorno no es un mito, dicen los autores. De hecho, ellos pudieron, con un caso clínico real en Urgencias, demostrar su uso como droga de sumisión química. De su existencia ya sabía el doctor Ladenburg desde 1880.

menemangaral

#1 Me lo he leido entero de tirón.
Pensé iba a ser un artículo periodistico-sensacionalista, pero da informacion real sin caer en lo facilon.

Unregistered

#4 Por eso lo subí, al menos no entra en sensacionalismos y aporta información histórica que yo al menos desconocía.

Bernard

https://www.meneame.net/search?q=burundanga

Bastante visto ya el tema.

Unregistered

#6 Si ya, muchos de ellos erróneos o sensacionalista, por ejemplo, una de ellas "Basta que te aproximen un papel impregnado con esta sustancia para que obedezcas cualquier orden", este mismo artículo lo desmiente. Ojo con la burundanga: Droga mata la voluntad

Hace 17 años | Por --6751-- a lacuarta.cl

hombresindedos

Soy el único que había leído Sarandonga en el titular? #empanematinal

Ferran

#2 cuchibiri cuchibiri.

ddaa

Comentario de Anton Gomez-Escolar Sanz a una noticia publicada recientemente en El Mundo
http://www.elmundo.es/cronica/2016/09/29/57e81004468aeb18048b45b7.html


Esta noticia mezcla algunos datos que pueden ser ciertos con un montón de suposiciones que ya se han confirmado falsas, y no esta de más recordarlas. Incluyo cinco puntos que considero importante aclarar y una conclusión final al respecto:

Primero, si bien es cierto que recientemente se ha confirmado el primer caso de intoxicación con escopolamina (el principio activo de la "Burundanga") en España, no fue con fines de sumisión química o anulación de la voluntad sino como sustancia tóxica para dañar, como se podría usar cualquier toxina, que siendo una agresión muy condenable, no deja de ser algo aislado que no tiene por que estar enmarcado en un creciente uso de esta sustancia en casos de sumisión química o anulación de la voluntad. Como declaraba el Dr. Bernardino Barceló, jefe de la Unidad de toxicología de Son Espases, a El País hace unas semanas: “No tenemos constancia de ningún otro caso como este en la literatura científica”, y de la misma opinión es el Dr. Santiago Nogué, jefe de Toxicología clínica en el Hospital Clínico de Barcelona, centro de referencia en España para casos de agresión sexual: "En nuestro hospital hemos analizado 500 víctimas de una agresión sexual de este tipo y no hemos encontrado escopolamina en ninguna, esto no es ni mucho menos una epidemia", "Los datos disponibles no confirman que hayan aumentado los casos. Todo caso de supuesta agresión sexual en Barcelona es derivado a este hospital", explica Nogué, "El número de personas en las que encontramos drogas u otras sustancias se mantiene estable, pero sí ha crecido el número de pacientes que dicen haber sido víctimas de la sumisión química, parece haber más concienciación de que puede existir, pero el porcentaje de personas en las que encontramos esas sustancias es la misma, no hay un rebrote real" (http://elpais.com/elpais/2016/09/20/ciencia/1474373883_897730.html)

Segundo, cabe recordar que el hecho de que una víctima diga que cree que se le ha administrado "burundanga" no quiere decir en absoluto que haya pasado eso, ya que como confirman constantemente los estudios cientificos toxicológicos realizados sobre estas víctimas: el propio alcohol y sustancias comunes como las benzodiacepinas o en cannabis (o en menor medida el GHB) suelen ser las principales herramientas de sumisión química. Éste es un extracto de las conclusiones de un importante estudio científico en víctimas de sumisión química, cuyo enlace adjunto: "las sustancias detectadas, lícitas e ilícitas, pertenecen a un patrón de consumo frecuente en nuestra sociedad", "El análisis toxicológico ha sido positivo en el 87,9% de los casos, y las sustancias identificadas han sido etanol [alcohol] (61,7%), fármacos (40,2%, fundamentalmente benzodiacepinas) y drogas ilícitas (27,1%, fundamentalmente cocaína), solas o en combinación." (http://www.elsevier.es/es-revista-revista-espanola-medicina-legal-285-articulo-sumision-quimica-casos-presuntos-delitos-S0377473213000631?redirectNew=true)

Tercero, cabe recordar que en muchos casos, se declara haber sido víctima de una intoxicación como forma de evadir algunas responsabilidades o consecuencias. Como relataba Bernardino Barceló, jefe de la Unidad de toxicología de Son Espases que sucede en algunos casos: “Para evadir responsabilidades por consumo de drogas, dice ‘me han echado algo”, o para justificar comportamientos reprobables cometidos bajo los efectos de sustancias ingeridas voluntariamente como el alcohol u otras drogas.

Cuarto, no es cierto que sea indetectable. Actualmente, es posible la detección de la escopolamina (lo que conococemos como "burundanga") con buena precisión hasta tres semanas después de su ingestión (adjunto enlace al estudio), usando análisis capilares que ya se utilizan para otros muchos procesos judiciales. (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16959138)
Además, las técnicas utilizadas en España

Quinto, conviene recordar que la burundanga no es nada nuevo ni exótico, la escopolamina abunda en la naturaleza en Europa desde la prehistoria, y sus fuentes vegetales son muy faciles de encontrar en un simple paseo campestre, llevamos milenios conviviendo con ellas: Si tuviesen un uso tan efectivo para el crimen como clama este artículo, ya llevaríamos sufriéndolo dese hace siglos. Aunque se haya intentado usar para facilitar la sumisión química, el supuesto poder anulador de la voluntad de la escopolamina no es tanto como se dice. La CIA estudió el uso de ésta y de una versión sintética potenciada (llamada "BZ") dentro del programa MK ULTRA en los años 50, pero descubrió que de poco les servía y lo abandonaron. Al fin y al cabo, se trata de un agente delirógeno muy tóxico que actúa sobre el sistema de la acetilcolina, con poder de crear mucha confusión, fiebre, mareos y delirios, siendo difícil controlar a un sujeto en esas condiciones y muy fácil que la intoxicación le resulte potencialmente mortal. Resaltaba para El País el Dr. Santiago Nogué, jefe de Toxicología clínica en el Hospital Clínico de Barcelona que "La posibilidad de que se pueda anular la conciencia y la memoria soplando burundanga en la cara, “con un libro impregnado, o un abrazo, es una mentira absoluta”. A este respecto recomendaría leer las dos partes del artículo publicado en el blog del Dr. Fernando Caudevilla sobre los mitos de la burundanga: http://doctorcaudevilla.com/index.php/las-sustancias/108-burundanga-la-droga-que-anula-la-voluntad Un reciente artículo también repasaba algunas de estas cuestiones: https://broadly.vice.com/es/article/burundanga-droga-sumision-quimica

En conclusión, creo que hay que estar alerta ante estos riesgos, pero no conviene generar demasiada alarma social sobre un fenómeno que a día de hoy no existe en España más allá de algunos casos aislados, y son los artículos tan tremendistas y alarmantes como éste los que pueden llegar a provocarla e incluso dar ideas a los potenciales asaltantes. No es verdad que haya habido "un aumento en su uso" ni que cada vez "sean más los casos confirmados", sus incidencias reales siguen siendo anecdóticas. Recordemos que la principal droga de sumisión química sigue siendo el alcohol y solemos beberlo voluntariamente, muy pocas veces eso de "me han echado algo en la copa" encuentra más cosas que el propio alcohol en los análisis toxicológicos posteriores, y muchas de las veces son drogas de uso recreativo ingeridas voluntariamente por la víctima que no tienen por que estar relacionadas con el delito.