Hace 1 año | Por Vendemotos a elpais.com
Publicado hace 1 año por Vendemotos a elpais.com

Los censores solían decir que había que tener especial cuidado con Luis García Berlanga (Valencia, 1921), un director que “te saca un plano de dos curas paseando por la Gran Vía y consigue que parezca que vienen de la Pasapoga [una antigua discoteca madrileña]”. Con su talento para retratar España como un país tragicómico hilaba tan fino que, por mucho que mutilaran escenas, sus películas seguían respirando sátira. No había cortes suficientes que contuviesen lo que, con el paso de los años, acabaría definiéndose como berlanguiano.

Comentarios

JamperLamper

Y Azcona solo pasaba por ahí