Casa en llamas es ese tipo de película que te recuerda que, por mucho que quieras, nunca te librarás de tu familia. Dirigida con una precisión digna de un cirujano –o tal vez de un inquisidor con licencia poética– por Dani de la Orden y con un guion meticulosamente elaborado por Eduard Sola, esta obra cinematográfica se adentra con elegancia en las complejidades de una familia burguesa catalana. El filme, como un psicoanalista sin piedad, desmonta las capas de hipocresía y tensión latente, exponiendo las vulnerabilidades familiares.
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