La inscripción resultó ser obra de un filósofo epicúreo llamado Diógenes de Enoanda. Resulta que este Diógenes, de quien prácticamente no se sabe nada salvo lo revelado por la propia inscripción, debió ser lo suficientemente rico como para adquirir una gran extensión de terreno en su ciudad. En ese terreno hizo construir una plaza adornada con estatuas y, en ella, una estoa (un edificio porticado y alargado con columnas) de 80 metros de largo, en el cual esculpió un resumen de la filosofía de Epicuro.
Comentarios
Muy muy interesante aunque dudo en extremo que sea la inscripción más larga de la antigüedad. No veo que haya ningún tipo de comparación con inscripciones asirias o persas.
#1 ¿puede referirse al bajorrelieve en piedra?
#1 Y ya no digamos egipcias.
#1 Ya me imagino yo al que la hizo haciendo horas extras. En serio, las inscripciones antiguas no eran muy largas por el trabajo que llevaba hacerlas, un error y no había goma para borrar. Inscripción peculiar, al menos.
Discrepo
#4 Inscribir =/= escribir. Qué poca cultura tenéis los del Frente Popular de Judea...
#9 Malditos disidentes...
¿Nadie lo pone? Venga, ya lo hago yo:
#0. Y todo gracias a que en esa época todos se partían el culo de risa con lo del "Copyright".
#11 Ahí estaban sólo en vigor los "derechos de escriba", sobre todo en el próximo oriente
Hay epicureísmo hay meneo
En realidad es la primera chuleta rupestre peripatética
Y las ideas de Epicuro años después, aún no se dan en los colegios. SOMOS COMO SOCIEDAD UNA PUTA MIERDA.