Hace 4 meses | Por remontanim a sport.jotdown.es
Publicado hace 4 meses por remontanim a sport.jotdown.es

El juicio fue un ruidoso auto de fe. Finalmente no se les juzgó por adulterio sino por abandono de sus hogares y obligaciones familiares. El acuerdo entre las partes incluía, como compensación, la renuncia práctica de Giulia a ver a sus hijos (solo una visita cada tres meses, en una escuela religiosa y en presencia de una monja) y el reconocimiento público de sus supuesto pecados con una carta que además tendría que leerles cuando fueran mayores de edad.