A veces, tu niño le da al interruptor. Se porta mal y de repente, te encuentras perdiendo el control, gritando y pateando junto con él. Las rabietas son difíciles para la mayoría de los padres, y pueden despertar sentimientos intensos e inesperados. La ironía es que cuando los niños tienen rabietas, lo que necesitan ante todo es que el adulto esté tranquilo y lo ayude a recuperar la calma. Los bebés y los niños pequeños están programados biológicamente para calmarse con la ayuda de un adulto afectuoso.....
Comentarios
Los sicólogos de Uutchi Desarrollo Infantil nos ayudarán.
Y un par de hostias?
Una rabieta o una diarrea. La hostia bien dada es mano de santo.