En 1913 el papa Pío X prohibió a los sacerdotes acudir a las salas para ver películas y la Iglesia tardó casi medio siglo en reconciliarse con el séptimo arte. Y Roma no estaba sola, también las iglesias protestantes intuyeron que el maligno se agazapaba detrás del celuloide.
El cine, la literatura, las obras de teatro, la música, la ciencia y cualquier cosa que chocara contra su discurso para manipular a gente. Es bastante obvio.
De esto del cine y la iglesia hay una anécdota muy buena.
El muy reaccionario cardenal Pedro Segura, arzobispo de Sevilla, amenazó con la excomunión a quienes proyectasen la película Lady Hamilton, y también al público que asistiese a ver el filme.
Un cine de Sevilla decidió proyectarla de todas formas, acudiendo a verla el proyeccionista y media docena de amigos, de tal forma que el proyeccionista se ganó dos excomuniones, una por proyectarla y otra por verla.
Recurrió las excomuniones ante el papa, que no daba crédito a sus ojos al leer que un proyeccionista había sido excomulgado dos veces por proyectar una película histórica sobre la vida de Nelson.
El cardenal Segura era tan reaccionario que asombraba a Pío XII, que no es poca cosa.
Recuerdo que cuando las misiones pedagógicas de la República se proyectó por primera vez cine en muchas aldeas perdidas, los voluntarios se extrañaban que los adultos no mostraban curiosidad sumidos en sus quehaceres y que los niños todo era revuelo. Ver cine no es innato y tienes que aprender y entender lo que estás viendo, creo que aquella gente percibía poco más que un caleidoscopio y que incluso se podía marear al ver las imágenes en movimiento.
Comentarios
El cine, la literatura, las obras de teatro, la música, la ciencia y cualquier cosa que chocara contra su discurso para manipular a gente. Es bastante obvio.
#2 Claro, no hay literatura religiosa, ni música ni demás artes. Ni tampoco ciencia.
#3 Residual.
De esto del cine y la iglesia hay una anécdota muy buena.
El muy reaccionario cardenal Pedro Segura, arzobispo de Sevilla, amenazó con la excomunión a quienes proyectasen la película Lady Hamilton, y también al público que asistiese a ver el filme.
Un cine de Sevilla decidió proyectarla de todas formas, acudiendo a verla el proyeccionista y media docena de amigos, de tal forma que el proyeccionista se ganó dos excomuniones, una por proyectarla y otra por verla.
Recurrió las excomuniones ante el papa, que no daba crédito a sus ojos al leer que un proyeccionista había sido excomulgado dos veces por proyectar una película histórica sobre la vida de Nelson.
El cardenal Segura era tan reaccionario que asombraba a Pío XII, que no es poca cosa.
Normal, aparecía en la historia un discurso que no controlaban.
Recuerdo que cuando las misiones pedagógicas de la República se proyectó por primera vez cine en muchas aldeas perdidas, los voluntarios se extrañaban que los adultos no mostraban curiosidad sumidos en sus quehaceres y que los niños todo era revuelo. Ver cine no es innato y tienes que aprender y entender lo que estás viendo, creo que aquella gente percibía poco más que un caleidoscopio y que incluso se podía marear al ver las imágenes en movimiento.
La iglesia siempre se ha opuesto a cualquier avance científico o social.