El asedio fue el más grande ocurrido en la Inglaterra medieval e involucró numerosas “turres ligneas” (torres de madera), trabuquetes y catapultas. Los proyectiles son de distintos tamaños, pesando el más grande 105 kg y el más pequeño apenas 1 kg. “'Estos habrían causado graves daños al ser disparados desde máquinas de guerra. Los registros muestran que una de las torres de asedio de madera de Enrique III, que contenía alrededor de 200 ballesteros, fue destruida por un solo proyectil bien apuntado”.
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