Hace 7 años | Por larutanatural a blogs.publico.es
Publicado hace 7 años por larutanatural a blogs.publico.es

Dos eran las obsesiones de los censores de películas durante el franquismo: la política y el sexo, y no necesariamente por ese orden. En su intento de esquivar pecados deplorables a los ojos de Dios, la censura logró la cuadratura del círculo al convertir una infidelidad en un incesto (‘Mogambo’), convertir a otro infiel en merienda para los tigres (‘Las lluvias de Ranchipur’) o trastocar el desesperanzador final de ‘El ladrón de bicicletas’ en el happy end más impostado de la historia del cine

Comentarios

Ithilwen2

Hablando de incestos y Kirk Douglas . Sabíais que en El último atardecer en el argumento original hay un incesto. http://www.filmaffinity.com/es/reviews2/1/210923.html

H

Los pezones de la Ava Gardner, como veo en el articulo, no había quien los censurase. ¡Menos mal!

koke21

"El doblaje fue un invento fascista". Claro, el tema que en los años 30, 40 y 50, la gente en España no tenía ni papa de inglés no tuvo nada que ver.