Durante siglos, las heridas supurantes se consideraban una prueba de culpabilidad ante un tribunal. Además, el testimonio de una mujer era menos creíble que el de un hombre
#1:
Me ha llamado mucho la atención la foto del cráneo de Enrique III que ilustra el artículo, y buscando, parece ser que su muerte de atribuyó a heridas en el campo de batalla.
Las lesiones que se aprecian en el cráneo de la fotografía son congruentes con un traumatismo facial de alta energía que provocó dos tipos de fractura: una fractura frontobasal (fractura lineal del hueso frontal, que se ve en ambas órbitas y continúa por las sienes y la calota) y una fractura del maxilar derecho tipo II de Le Fort (la línea de fractura sobre los dientes superiores derechos).
Se ve una erosión en el hueso que probablemente es un signo del golpe fatal. Pero para que se desplazara el hueso frontal sin hundirse, probablemente por el golpe de una maza u otro objeto muy contundente, se habría interpuesto algo que no permitiera que el objeto penetrara, como un yelmo. La versión medieval del Caranchoa.
#11:
"el testimonio de una mujer era menos creíble que el de un hombre" en muchos países eso no es historia es actualidad.
Me ha llamado mucho la atención la foto del cráneo de Enrique III que ilustra el artículo, y buscando, parece ser que su muerte de atribuyó a heridas en el campo de batalla.
Las lesiones que se aprecian en el cráneo de la fotografía son congruentes con un traumatismo facial de alta energía que provocó dos tipos de fractura: una fractura frontobasal (fractura lineal del hueso frontal, que se ve en ambas órbitas y continúa por las sienes y la calota) y una fractura del maxilar derecho tipo II de Le Fort (la línea de fractura sobre los dientes superiores derechos).
Se ve una erosión en el hueso que probablemente es un signo del golpe fatal. Pero para que se desplazara el hueso frontal sin hundirse, probablemente por el golpe de una maza u otro objeto muy contundente, se habría interpuesto algo que no permitiera que el objeto penetrara, como un yelmo. La versión medieval del Caranchoa.
#10 Si supieses cómo me enseño una conocida arqueóloga el antes / después de unos restos (recién salidos del yacimiento / en el laboratorio) no me puedo ni imaginar cómo carajos los transportaron
#11 Cierto, aunque la historia es más exagerada. Aquí mismo, no es que su testimonio fuera menos creíble, sino que a la mujer, de base, se la veía como complemento al hombre, como una mera extrensión de él irrelevante en sociedad, ya no digamos en política o poder.
Déjame apuntar, que aunque estoy de acuerdo con lo que dices, entre esos países no se encuentra España. De hecho, tengo mis dudas de que en España ahora no sea justo al revés, en cuanto a testimonios y procesos judiciales, por lo menos.
#4 Cierto, pero tampoco nos rasguemos las vestiduras. De hecho, en mi opinión personal, veo en las religiones algo que es natural que surgiera en sociedades o protosociedades humanas ignorantes por necesidad y circunstancia. Desde un punto de vista antropológico, somos una especie con la capacidad de hacerse preguntas, con capacidad de raciocionio. Y por supuesto, cuando la capacidad de hacerse preguntas no iba a la par con la capacidad de proporcionar respuestas, pudo nacer ahí la religión y mitología de un modo casi inevitable.
Ahora es diferente claro, pues ya tenemos muchas respuestas, y la religión vive de inercia y demografía. Pero imagínate que hubieras vivido en aquella época, cómo responderias a lo que hoy nos parece evidente. Hipócrates, fue un médico griego que acuñó el término de humores malignos, sin embargo hoy en día la ética médica se basa en el juramento hipocrático. Cada época, basa su sabiduría y conocimiento en base a lo que tiene. Podríamos también hablar del electrochoque en la práctica psiquiátrica de no hace tanto. Y vete tu a saber de aquí a 100 años lo que pensarán de nosotros.
#2El livor mortis, es decir, cuando la sangre se acumula en la parte inferior del cuerpo, comienza poco después de la muerte. La sangre se acumula en unas seis horas,
Justo eso. Cuando más ha sangrado es cuando su asesino estaba presente... apuñalándole.
En realidad viene por una creencia en los milagros (algo así como que el alma del difunto buscaba revelar la verdad). Y lo que veían salir no era sangre, sino, según el artículo, era "líquido de purga".
Comentarios
Me ha llamado mucho la atención la foto del cráneo de Enrique III que ilustra el artículo, y buscando, parece ser que su muerte de atribuyó a heridas en el campo de batalla.
Las lesiones que se aprecian en el cráneo de la fotografía son congruentes con un traumatismo facial de alta energía que provocó dos tipos de fractura: una fractura frontobasal (fractura lineal del hueso frontal, que se ve en ambas órbitas y continúa por las sienes y la calota) y una fractura del maxilar derecho tipo II de Le Fort (la línea de fractura sobre los dientes superiores derechos).
Se ve una erosión en el hueso que probablemente es un signo del golpe fatal. Pero para que se desplazara el hueso frontal sin hundirse, probablemente por el golpe de una maza u otro objeto muy contundente, se habría interpuesto algo que no permitiera que el objeto penetrara, como un yelmo. La versión medieval del Caranchoa.
#1 Pues lo has explicado muy bien y mucho bien
#5
#1 Ricardo.
#7 Eso.
#1 Lo encontraron debajo de un aparcamiento, quizá se resquebrajó porque le pasó un camión por encima, varias veces, una vez muerto.
#10 No. La lesión de hundimiento del macizo facial es característica de impacto violento, no de aplastamiento. No es una lesión postmortem.
#10 Si supieses cómo me enseño una conocida arqueóloga el antes / después de unos restos (recién salidos del yacimiento / en el laboratorio) no me puedo ni imaginar cómo carajos los transportaron
#1 Impresionante, le aplastó como una cáscara de nuez.
"el testimonio de una mujer era menos creíble que el de un hombre" en muchos países eso no es historia es actualidad.
#11 Lo realmente preocupante es que sean considerados distintos, independientemente del sentido.
#11 Ahora para algunos casos, el del hombre es menos creíble que el de la mujer. Habremos evolucionado, pero de tontos no hemos pasado.
#11 Cierto, aunque la historia es más exagerada. Aquí mismo, no es que su testimonio fuera menos creíble, sino que a la mujer, de base, se la veía como complemento al hombre, como una mera extrensión de él irrelevante en sociedad, ya no digamos en política o poder.
Déjame apuntar, que aunque estoy de acuerdo con lo que dices, entre esos países no se encuentra España. De hecho, tengo mis dudas de que en España ahora no sea justo al revés, en cuanto a testimonios y procesos judiciales, por lo menos.
Supongo que vendrá de que justo cuando el asesino está matando a la victima y está alli mismo es cuando mas sangra la victima.
#2 Ni siquiera eso. La única razón es un pensamiento mágico-religioso, con una lógica delirante estilo esto:
#3 exactamente ! La ignorancia que traen todas las religiones.
#4 Cierto, pero tampoco nos rasguemos las vestiduras. De hecho, en mi opinión personal, veo en las religiones algo que es natural que surgiera en sociedades o protosociedades humanas ignorantes por necesidad y circunstancia. Desde un punto de vista antropológico, somos una especie con la capacidad de hacerse preguntas, con capacidad de raciocionio. Y por supuesto, cuando la capacidad de hacerse preguntas no iba a la par con la capacidad de proporcionar respuestas, pudo nacer ahí la religión y mitología de un modo casi inevitable.
Ahora es diferente claro, pues ya tenemos muchas respuestas, y la religión vive de inercia y demografía. Pero imagínate que hubieras vivido en aquella época, cómo responderias a lo que hoy nos parece evidente. Hipócrates, fue un médico griego que acuñó el término de humores malignos, sin embargo hoy en día la ética médica se basa en el juramento hipocrático. Cada época, basa su sabiduría y conocimiento en base a lo que tiene. Podríamos también hablar del electrochoque en la práctica psiquiátrica de no hace tanto. Y vete tu a saber de aquí a 100 años lo que pensarán de nosotros.
#2 Que sanguinarios estamos hoy
#2 El livor mortis, es decir, cuando la sangre se acumula en la parte inferior del cuerpo, comienza poco después de la muerte. La sangre se acumula en unas seis horas,
Justo eso. Cuando más ha sangrado es cuando su asesino estaba presente... apuñalándole.
En realidad viene por una creencia en los milagros (algo así como que el alma del difunto buscaba revelar la verdad). Y lo que veían salir no era sangre, sino, según el artículo, era "líquido de purga".
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