Hace muchos años, casi treinta, confesé en esta página que era lector de la revista Hola. Y lo sigo siendo. Ya no la leo con los crispis y el colacao porque llevo dos décadas desayunando otras cosas: cuando estoy en casa, una asquerosa leche de soja —a mi edad los médicos desaconsejan la de vaca de toda la vida, que es la que me gusta— y galletas Chiquilín o tortas de Inés Rosales. Con eso me apaño. Pero el caso es que sigo fiel a la revista. Unas veces la hojeo a esas horas y otras cuando estoy tranquilo entre una cosa y otra.
Comentarios
Hacia tiempo que no leía a Reverte. Diría que este artículo es una puta mierda ,pero lo mismo se cabrea y empieza con eso de que antes tenía más libertad y que le estoy censurando más que en la época de franco o algo asi
#2 tan malo como un desayuno de leche de soja con galletas chiquilín
#3 #2 Pues a mí me ha gustado, no le hace falta ni firmarlo al muy cabron, y en este concretamente me reconozco un poco, lo primero que busco en una casa son los libros
La leche de soja tiene componentes de naturaleza estrogénica. Arturo, ten cuidado, que la masculinidad es muy frágil.
Para mí el ¡HOLA! es una revista pornográfica pura y dura y cada vez, que mi señora lo compra se lo hago saber. Por suerte ya solo compra las ediciones especiales como la del funeral de Elisabeth the ll.