Entre los políticos y policorrectistas de ahora le tenía que estar zumbando el aparato continuamente. Era un gran hombre y un buen anarquista.
¡¡Váyase usted a la mierda!! ¡¡a la mierda!!
cuando uno tiene tan claro que los imbéciles son los demás, y no uno mismo... dime de qué presumes...
Más que por su mecanismo de detección de imbéciles, Fernán Gómez destacaba por su forma de tratarlos.
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Entre los políticos y policorrectistas de ahora le tenía que estar zumbando el aparato continuamente.
Era un gran hombre y un buen anarquista.
¡¡Váyase usted a la mierda!! ¡¡a la mierda!!
cuando uno tiene tan claro que los imbéciles son los demás, y no uno mismo...
dime de qué presumes...
Más que por su mecanismo de detección de imbéciles, Fernán Gómez destacaba por su forma de tratarlos.