Hace 3 años | Por RoyBatty66 a youtu.be
Publicado hace 3 años por RoyBatty66 a youtu.be

Marx estaba en contra del ateismo. A esa conclusión llega el profesor Enrique Dussel razonando a partir de la ontologia económica de Marx y a partir de esta expone la idea de fetichismo del capital, materialismo contrapuesto al humanismo radical del marxismo.

Comentarios

dick_laurence

#0 Pfff... Esto me lo tengo que ver con tiempo, la afirmación se las trae... "¿materialismo contrapuesto al humanismo radical del marxismo?"

RoyBatty66

#1 El concepto de humanismo se puede entender desde muchos puntos de vista. El que plantea Marx y expone Dussel, se desarrolla en la dialéctica entre la fetichizacion del capital y la enajenación provocada por el trabajo que desarrolla dentro del capitalismo, como elementos de esa dialéctica ambos conceptos estan internamente relacionados. La fetichizacion del capital la explica Dussel de puta madre a partir de las ideas de Marx. Los fundamentos de la enajenación los explica un antimarxista, Russell, que es como Dussel pero inglés, menos elegante que el profesor mexicano.

Quiero decir, con toda seriedad, que la fe en las virtudes del trabajo está haciendo mucho daño en el mundo moderno y que el camino hacia la felicidad y la prosperidad pasa por una reducción organizada de aquél.
Ante todo, ¿qué es el trabajo? Hay dos clases de trabajo; la primera: modificar la disposición de la materia en, o cerca de, la superficie de la tierra, en relación con otra materia dada; la segunda: mandar a otros que lo hagan. La primera clase de trabajo es desagradable y está mal pagada; la segunda es agradable y muy bien pagada. La segunda clase es susceptible de extenderse indefinidamente: no solamente están los que dan órdenes, sino también los que dan consejos acerca de qué órdenes deben darse. Por lo general, dos grupos organizados de hombres dan simultáneamente dos clases opuestas de consejos; esto se llama política. Para esta clase de trabajo no se requiere el conocimiento de los temas acerca de los cuales ha de darse consejo, sino el conocimiento del arte de hablar y escribir persuasivamente, es decir, del arte de la propaganda. En Europa, aunque no en Norteamérica, hay una tercera clase de hombres, más respetada que cualquiera de las clases de trabajadores. Hay hombres que, merced a la propiedad d la tierra, están en condiciones de hacer que otros paguen por el privilegio de que les consienta existir y trabajar. Estos terratenientes son gentes ociosas, y por ello cabría esperar que yo los elogiara. Desgraciadamente, su ociosidad solamente resulta posible gracias a la laboriosidad de otros; en efecto, su deseo de cómoda ociosidad es la fuente histórica de todo el evangelio del trabajo. Lo último que podrían desear es que otros siguieran su ejemplo.


Buñuel, que si era marxista, lo explica con su acidez característica a través de Don Lope cuando le cuenta al mudo en Tristana, la verdad sobre el trabajo.

Pobres trabajadores. ¡Cornudos y apaleados! El trabajo es un maldición, Saturno. ¡Abajo el trabajo que se hace para ganarse la vida! Ese trabajo no dignifica, como dicen, no sirve más que para llenarle la panza a los cerdos que nos explotan.
Por el contrario, el trabajo que se hace por gusto, por vocación, ennoblece al hombre. Todo el mundo tendría que trabajar así. Mírame a mí: yo no trabajo. Y, ya lo ves, vivo, vivo mal, pero vivo sin trabajar.

RoyBatty66

#1 #2 Básicamente hay dos "tipos" de humanismo. Uno trascendente y otro inmanente. Al primero lo representan pensadores que comienzan por Parmenides, pasando por Platón, San Agustín y acaban en Kant. Por eso para Gustavo Bueno y otros pensadores Kant es un vuelta de tuerca al cristianismo, pura trascendencia. El humanismo inmanente lo pensó Heraclito y lo desarrollaron Aristoteles en la antigüedad, Maquiavelo, Spinoza, Hegel y Marx en la modernidad, entre otros muchos otros. En este paradigma, la realidad/razón/espiritu, la naturaleza y el hombre, como la santísima trinidad, son indistinguibles y la historia, entendida en el sentido hegeliano, es una consecuencia de su interrelación.
El humanismo se entiende dependiendo de la posición que se tenga en cuanto al gran problema que provoca la modernidad, a saber, la individualidad viviendo en comunidad, o que es la libertad cuando se vive en comunidad.
Es evidente que la individualidad y la libertad en el capitalismo es una opción que no tiene que ser ni mejor ni peor que otras posibilidades.