Hace 8 años | Por JoseMartinCR a mrjaen.com
Publicado hace 8 años por JoseMartinCR a mrjaen.com

Las grandes ideas a veces no surgen de la genialidad de un inventor sino que se hacen “pasito a pasito” y con la contribución de mucha gente. El proceso viene a ser como la construcción de una casa, o sea, primero se pone un ladrillo, luego otro y después otro. En el ingenio humano pasa lo mismo, alguien descubre una cosa, luego a otro se le ocurre que esa cosa es aplicable a algo y un tercero construye el prototipo basado en las dos ideas anteriores. Así es como a veces avanza el progreso y la historia de los chalecos antibalas...

Comentarios

C

Somos enanos a hombros de gigantes.

JoseMartinCR

#1 Y sin comunicación de lo aprendido, nada de nada. Esa es una diferencia sustancial entre ciencia y "ciencias ocultas".

ChukNorris

#2 Claro, claro, de Kevlar ® pasamos a la patente del un chaleco antibalas con Kevlar ®

Maelstrom

Pues pareciera que hemos involucionado en cuanto a protección:

versus
o


O los primeros fingían el dolor extremadamente bien, o esos hombres de los felices años 20 eran unos supermanes, o, sinceramente, el kevlar supone un retroceso. Un impacto en zona costillar con un chaleco antibalas actual puede suponer la rotura de una costilla o del xifoides del esternón con posibilidad de daños internos (perforación del pulmón, neumotórax, daños en el bazo, etc.) que si se complican puede provocar la muerte.

D

#5 o no se, a lo mejor la munición usada en 1900 no es la misma que en 2015. a lo mejor hay varios ordenes de magnitud más de potencia. No se, a lo mejor es eso, no?

Un disparo de un revolver del principios de siglo no tiene el mismo poder penetrante que una beretta.

o

#7 Otro ejemplo sería el órgano sexual de Chuck Norris.
No creo que en 1900 hubiese otro falo con semejante poder penetrante, quizás el del bisabuelo de Chuck Norris.

M

#5 Na, lo que pasa es que se trata de tecnologías distintas. Los chalecos de primera mitad del s. XX solían componerse de un tejido de seda con placas de acero intercaladas. Eran muy pesados y bastante incómodos, así que no era habitual emplearlos para el día a día del trabajo policial. Además, el desarrollo armamentístico llevado a cabo alrededor de la época de la primera guerra mundial convirtió rápidamente en obsoletos este tipo de chalecos. Como anécdota, cabe mencionar que un chaleco de ese tipo, diseñado por el polaco Jan Szczepanik, le salvó la vida al rey Alfonso XIII en un atentado.

Los chalecos actuales que se ven en los vídeos son chalecos flexibles, hechos únicamente de Kevlar (u otras para-aramidas de similar resistencia), de UHMWPE (polietileno de ultra alto peso molecular) o una mezcla de ambas fibras. El resultado son chalecos muy ligeros y flexibles, pero con gran resistencia antibalística. Hazte cuenta que a día de hoy, un panel flexible de unos 600 gramos es suficiente para detener una bala de Magnum 44 (el pistolón de Harry, el sucio) y manteniendo el daño por trauma bajo control. Ojo, esto no significa que no haga daño, sino que el daño que puede hacer por trauma no será letal.

D

Por supuesto que se hacen pasito a pasito, pero queda mucho más peliculero acordarse sólo del último. Y para que te lleguen estos golpes de inspiración hay que estar muy bien formado.