Un fotógrafo español recorre medio mundo poniendo cara y gesto a los mejores jugadores de ajedrez. Trabaja con muy poca luz porque molesta a los jugadores. No puede hacer nada de ruido, molesta a los jugadores. No puede sacar una ráfaga, moverse demasiado rápido o disparar con flash. Todo puede distraer a los jugadores. Depende solo de un gesto, de su pulso y de esperar discretamente arrodillado en primera fila el momento adecuado para capturar esa expresión, ese pensamiento silencioso que subraye una jugada o un estado de ánimo delator.
Comentarios
Que Vozpopuli contrate a un filólogo para redactar los titulares, antes de que tengamos que ponernos a salvo de las ráfagas de ajedrecistas.
#1 me he imaginado un cañon de esos de circo lanzando ajedrecistas
#4 Lo mismo.
No disparaba ajedrecistas, disparaba fotos.
David Llada hace unas fotos increíbles
Siempre ha sido mi mayor temor morir por herida de ajedrecista. Debe de ser horrible.