Róterdam presenta un perfil casi futurista. Y entre su oferta al visitante destaca con letras mayusculas el Koopboog o Markthal. O sea, el Mercado. Construido en piedra gris en el barrio de Binnenrotte, la estructura se sostiene mediante un sistema de cables de acero -el mayor de Europa- y da pie a una fachada de vidrio, salpicada por docenas de ventanas cuadradas cuya disposición se adapta a su forma curva. Dicha fachada mide 34 metros de altura por 42 de ancho, mientras que el citado hueco interior está recubierto por 4.000 paneles.
Comentarios
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Que cosa más fea.
Habla de cables en el titulo pero no explican su situación ni misión.