(...) En la cosa de los libros sucedió que dejamos de leer, si atendemos a la encuesta que hice en Twitter por el mes de mayo. Tanto tiempo metido en casa no nos incitó a la lectura, como parecía lo más probable, sino a la paranoia. Leer, sí, pero solo datos, gráficas, simones farsantes y trucajes del apocalipsis. No podía uno abrir un libro, ese remanso de aguas impresas, y dejarse llevar por la corriente de la escritura, porque alguien estaba muriendo, contagiando, contagiándose, viendo morir al otro lado de la pared.
Comentarios
Así que los autores han tenido una vida de puta madre comparada con la mía...
#1 Venía a decir lo mismo. Yo he tenido años peores que este.