Hay muchos días que apetece comer de modo informal y sin complicaciones, pero sin renunciar a un capricho. Y para ello nada mejor que optar por un sándwich, que se prepara en un abrir y cerrar de ojos y valen tanto para tapar una agujero en el estómago a media tarde noche o más elaborados para ofrecernos una comida completa. La palabra, se cree, proviene del titulo nobiliario del aristócrata inglés John Montagu, IV conde de Sandwich, al que que le gustaba comer emparedados para no mancharse las manos mientras jugaba a las cartas.
Comentarios
Tuve la oportunidad de probar el verano pasado la Francesinha en mi viaje por Portugal y es una puta salvajada de sandwich, ya os aseguro que si os pedis uno no os vais a quedar con hambre, yo no fui capaz de acabarmelo y además venia acompañado de un bol de patatas fritas que apenas me cabian en el plato.
Del resto, solo he probado el Cubano y el autentico Chivito uruguayo cuando anduve por aquellas tierras. Obviamente ademas del mixto de toda la vida, una version propia del Sandwich Zapatilla (lacon con queso de tetilla pero en pan campesino) y el Sandwich de pollo con palta (aguacate) cuando estuve viviendo en Chile (los chilenos son muy aficionados a ponerle palta a casi todo asi que tambien le meti mano al pollo con palta, a la palta con aceite de oliva y sal, a la palta con... casi todo). Y ya sabeis lo que dice el refran queridos niños: "donde fueres haz que vieres")
Poco aceite veo yo ahí.