Todos los que hemos tenido perro alguna vez conocemos perfectamente esa mirada. Llegamos a casa, descubrimos un “regalito” en la alfombra o una zapatilla mordisqueada y nuestro perro aparece con la perfecta cara de saber que ha hecho algo mal, solo que no es así. En “Desambiguación de la mirada de culpabilidad: claves de un comportamiento habitual del perro” Horowitz concluye que esa mirada tan cómica y enternecedora tiene más que ver con el miedo a nuestra riña que con lo que los seres humanos entendemos por culpabilidad.
Comentarios
Fuente en sajón: http://www.businessinsider.com.au/dogs-guilt-fear-look-2017-2?r=US&IR=T
Al mio, despues de morder un zapato, sin reñirle ni enfadarme se le pongo al lado. Mira hacia otro lado, esquiva mi mirada y baja la cabeza. Le pongo el zapato que no ha mordido, mueve el rabo y quiere jugar. No sé, no sé. A mi miedo no me tiene. Creo que sabe lo que ha hecho.