El permafrost esconde algo a lo que muchas veces la comunidad científica se refiere como el gigante dormido: metano, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono. «Si aumenta la temperatura por encima de los cero grados, la materia orgánica comienza a descomponerse y se produce la emisión de este gas. Entraríamos en una fase de retroalimentación positiva ya provocaría un calentamiento todavía más intenso que a su vez liberaría más gases de efecto invernadero»
Comentarios
Si subimos el clima dos grados, saltará a seis por la liberación de los gases del permafrost.
Esto nos acercaría más a Venus.
Meneo pero vaya basura de redacción, yo pensando '¿Y este señor quién es?', '... lleva once años viajando ...', '... recorre a diario ...' ... joder, una pista; 'El geólogo y el personal de la base Juan Carlos I han conseguido ...' y ya al final 'explica el geólogo y profesor titular de la Universidad de Alcalá.'
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