Los argentinos y los españoles habitamos en las dos puntas más extremas de la cuerda psicoanalítica. Nosotros vamos al psicólogo sin prejuicios y en masa, como quien concurre a la matiné del cine los domingos; ellos lo hacen con gafas de sol y a escondidas del barrio, como quien decide ir por primera vez a un cine porno para ver una cinta indecorosa. Y ni siquiera. En realidad —en los quince años que viví allí, a principios de este siglo— no conocí a ningún español que fuese al psicólogo por propia voluntad. Suelen llevarlos los parientes cerca
Comentarios
Comparando el estado de ambos países hay quien diría que el psicoanálisis destruye a los seres humanos
Bromas aparte el estigma va desapareciendo.
Pues a ver si os quitan esa obsesión con Maradona de una vez.
Gran artículo, el quién nos ha separado en bandos y ahonda la herida. Izquierdas y derechas, hombres y mujeres, creyentes y racionalistas...
Un poquito de por qué nos ayudaría a entender nuestros problemas, buscar soluciones, no crear nuevas heridas.