Éste es el último retrato que se conserva de Velázquez, fallecido de viruela el 6 de agosto de 1660. Realizado al carboncillo, lo curioso es que se hizo post mortem, en la capilla ardiente misma, justo antes de proceder a darle sepultura. La autoría corresponde al artista cordobés Juan de Alfaro y Gámez, uno de sus aprendices, que entró a trabajar en el taller del fallecido siendo adolescente, avalado por varias recomendaciones. En el dibujo, Alfaro muestra a su difunto maestro en el catafalco, ataviado con el hábito de (...)
Comentarios
Bah, si al menos hubiese sido un auto-retrato firmado...
No tenía conociemiento de este retrato. Es maravilloso, tanto desde el punto de vista artístico como histórico.
Si murió de viruela es posible que no se quisiese hacer una mascarilla fúnebre por el desfiguramiento, el retrato se ve muy idealizado