No hace falta modificar de forma radical el trabajo en la oficina para notar grandes cambios en la productividad personal. Se trata de pequeños empujones al día a día los que hacen la diferencia. Dicen que bastan 21 días probando un nuevo hábito para que nuestro cerebro se acostumbre a él, así que os proponemos seis diminutos cambios en vuestra rutina de trabajo. Si tras tres semanas probándolos no has notado la diferencia, asumiremos tus comentarios negativos en este post. Pero para ello debes probar.
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