Hace 3 años | Por doyou a xarxatic.com
Publicado hace 3 años por doyou a xarxatic.com

No es pecado innovar en el ámbito educativo. Lo que sí es pecado es innovar por el simple hecho de que mediáticamente lo están vendiendo, o por motivos que poco tienen que ver con la mejora del aprendizaje de nuestros alumnos. Innovar nunca debería ser el objetivo aunque da la sensación, los que estamos un poco atentos a lo que se está cociendo en nuestro contexto profesional, de que se ha convertido en el único fin para algunos. Convendría analizar cómo podemos mejorar las estrategias educativas antes de recuperar aquellas que ya fracasaron.

Comentarios

A

Muchas veces se usa la innovación para esconder las vergüenzas del sistema educativo, que suele ser, en general, falta de recursos.

El éxito del sistema educativo nórdico es tener 10 o 15 alumnos por clase.

Con 30 alumnos por clase, y varios alumnos conflictivos y descontrolados, no hay innovación que funcione.

D

#1 Sobre todo lo de los alumnos conflictivos. Cuando estudié la ESO algunos profes no podían dar clases en por los tres de siempre. Ojalá los hubieran echado entonces a su puta casa, el resto habríamos acabado con más nivel. Y eran niños de papá. Si son niños buenines hasta con 30 se da clase. No personalizada, pero sí de cierta calidad.

Blackbeard

Revisando un poco la historia de este asunto se ve que la apuesta en occidente por la "innovación educativa" ha ido pareja con los recortes en educación propios de la economía neoliberal. No creo que sea algo inocente, la estrategia permite detraer recursos mientras se sitúa el foco en la praxis de los profesores, eslabón débil al que se pone directamente en la picota.

Y en lugar de apostar por mejorar la docencia y la didáctica, se sitúa a pedagogos y psicólogos en puestos de asesoría y control como supuestos expertos en educación, cuando sus postulados carecen con mucha frecuencia de rigor y hay dogmas y mantras por doquier... terreno abonado para gurús y modas pasajeras. Un ejemplo sangrante por extendido y plenamente vigente en las aulas: las inteligencias múltiples de Gardner; teoría/moda que espero nos avergoncemos de recordar en un futuro no lejano.

Mientras tanto, al hilo de lo que menciona #2, desde la pedagogía se sigue negando la mayor y se afirma que el número de alumnos no es un factor relevante, aunque la diversidad de las aulas sea mayor que nunca con las dificultades que ello acarrea... qué conveniente.