A menudo se habla del valor de la cooperación, del juego grupal por un objetivo común, en que todos nos sentimos satisfechos de un trabajo bien hecho que da sus frutos, y considero ese tipo de juegos un trabajo maravilloso. Pero no debemos descartar los otros, por la arraigada idea adulta de que perder entristece y debemos evitar ese mal trago al niñ@. Perder educa.
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