La realidad se explica mejor como un sueño. En éste estaría Milei, frente un pequeño cuenco con frijoles, arrodillado una mesa oriental tradicional, a la cabecera, con otros tres comensales.
Agarraría del cuenco un frijol con los palillos y lo depositaría en el plato del primero:
-Buen trabajo recogiendo estos frijoles.
Luego el frijol del plato del primer comensal y lo depositaría en el segundo:
-Debéis recibir una remuneración justa.
Tomaría el frijol del plato del segundo comensal y lo depositaría en el del tercero:
-Y un agradecimiento por vuestra labor.
Tomaría el frijol del plato del tercer comensal, se lo introduciría en la boca masticando un poco y proseguiría:
-Y ahora que ya sois pagos, hablemos de cómo vamos a hacer con los tres frijoles que me debéis, mientras comemos.
Son tierras raras, las de los sueños. Tienen lógica, como algunas teorías económicas, pero son un cuento chino.