¡Hoy es el día! Estoy harto de tantas habladurías. Dicen que el que pisa esas tierras puede ver cosas increíbles y hoy voy a comprobarlo.
Llegué en coche y fui caminando hasta allí. Comprobé con mi pie izquierdo si pasaba algo al pisarla y no noté nada. Era de noche y tras varios intentos me tumbé en el suelo a contemplar las estrellas.
Al cabo de un rato quedé embobado con la belleza del cielo. Las estrellas hacían viajar a mi preocupada mente transportándola a la felicidad. Por momentos olvidé todo mi ser y quedé atrapado en la inmensa belleza del firmamento. Sí, ya lo creo, estas son unas tierras raras. Nunca había sentido algo así.