El tejido mismo del espacio-tiempo se retorció cuando las dos estrellas de neutrones se fusionaron en una violenta explosión, creando las condiciones necesarias para la formación de los lantánidos. Durante miles de millones de años, inmensas nubes de gas y polvo se condensaron hasta formar estrellas y sistemas planetarios.
En la mina de Bayan Obo, trabajó disciplinadamente, sin quejarse jamás, respirando el polvo que le dañaba los pulmones. Mientras arrancaba el mineral de la tierra, anhelaba recuperar el orgullo de su familia, pero la culpa lo acompañaba siempre.
El tren de Shanghái levita gracias a potentes imanes creados a partir del cuarto miembro de la serie de los lantánidos, el neodimio. La ausencia de fricción permite alcanzar los 500 km/h, velocidad suficiente para destruir el sistema nervioso central y evitar la percepción consciente del dolor cuando, después de varios intentos, reunió el valor suficiente para arrojarse.