Las sombras en Calamocha

Camino del Cantábrico paro en Calamocha a comer. Un buen menú de carretera necesita de una siesta así que salgo a buscar una buena sombra para parar el coche. Maldita sea mi estampa! entre el solsticio de verano, la desertificación, la política urbanística del lugar, el endémico miedo de los ayuntamientos a los árboles, todas las sombras ocupan el espacio exacto del cuerpo que las proyecta, toda la calle es puto sol. Volveré en invierno, me debéis una siesta.