Tic, tac... y yo mirando de rabillo

Pues aquí estoy, escribiendo lo que me mandan escribir y mirando al reloj como pasan los segundos.

Llevo toda la mañana pensando en lo mismo. Ni me centro en el trabajo, ni me concentro en ninguna tarea. Solo espero que pase el día.

Y no falta mucho.

Un minuto...

Ya está. Las tres. Por fin vacaciones. Aquí os quedáis. Ya acabaré esta historia a la vuelta.