Valentina, belleza y tierras raras

Enrique, con sus gafas e impoluta bata blanca, charla con Valentina:

—¿Esto qué tiene? ¿Tierras raras?, ¿¿lo que quiere Trump?? —pregunta ella sonriendo con su intensa belleza, pero los ojos tristes.

—Sí. Se utilizan en electrónica. Para fabricar baterías, por ejemplo —responde él pausadamente.

—¿Van a existir guerras por mi culpa? ¡¿Van a morir negritos?! —le tiembla el labio a ella, a punto de echarse a llorar.

—No, tranquila. Son cobalto y litio de fuentes responsables. Además, mira, solo miden unos pocos milímetros. Es una cantidad irrelevante —le dice en tono paternal.

—Ya he cumplido 18. Me podrías hacer el amor…

—Valentina, ¡stop! —interrumpe Enrique con tono firme— Tómatelas ya, anda; te ayudarán a regularte.

—¡Marilyn Monroe también lo tenía! —dice feliz justo antes de tragarse el carbonato de litio y la cobalamina.

—Abusos, trastorno límite, depresión… posiblemente —asiente Enrique antes de despedirse de la paciente.