Hace 14 años | Por talacasto a criticadigital.com
Publicado hace 14 años por talacasto a criticadigital.com

Entre las razones que esgrime el alcalde para defender su postura es que un cabaret es “un lugar de contención espiritual, de satisfacción y de alegría.” Y que “mucha gente que está sola va y puede tener un rato de esparcimiento”. Esto ocurre “en muchos lugares del país y del mundo”, afirma Luis Rogers, mandatario de Lonquimay, (La Pampa, Argentina).

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Traduzco:

"Un alcalde se niega a cerrar un prostíbulo, por que ÉL es un putero y cliente".