El alcalde de Lonquimay, un pueblo de La Pampa (Argentina) se confesó cliente habitual de los cabarets y anunció que se opone terminantemente al cierre del único local nocturno de su localidad porque, dijo, "Es un lugar de contención espiritual, principalmente para transportistas, viajantes y jóvenes" de la zona. Es el primer jefe comunal que se resiste a la orden del Gobierno Provincial, que exige esas clausuras por considerar que en realidad son prostíbulos donde se facilitaría la trata de personas.
Comentarios
Contención no sería la palabra...
Con dos cojones, si señor!!! Un monumento a ese alcalde y basta de hipocresía
¿Es una broma? ¿y el Tag humor?, ademas siendo el alcalde uno de sus clientes mas habituales ¿que que queréis que diga? ¿Que lo cierren?.
es el oficio mas antiguo del mundo,