Una vivienda de 100 m² construida entre los años 60 y 80, sin aislamiento térmico reglamentario, puede tener una demanda de calefacción cercana a los 180 kWh/m²·año. Al aplicar un SATE de 10 cm de espesor, el consumo se reduce alrededor de un 45%, lo que equivale a un ahorro energético anual de 8.100 kWh. Si la fuente de calefacción es gas natural, esto se traduce en 1,64 toneladas de CO2 evitadas cada año.
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Yo vengo a consumir 250 KWh al mes y son 120 m2