Corría el año 1991 y después de que Plácido finalizara su trabajo interpretando a Otelo en Viena, el público del lugar le regaló ni más ni menos que 80 minutos de aplausos ininterrumpidos. El tenor tuvo que salir hasta 101 veces al escenario.
#7:
http://historianecdotica.blogspot.com/2009/09/el-aplauso-mas-largo-de-la-historia.html
Esta historia que hoy contamos sucede en una reunión de pueblo de la antigua Unión Soviética. El presidente de la mesa nombra al "Camarada Stalin" cuando en ese momento una minoría entusiasmada de los asistente irrumpe en aplausos, el pueblo temeroso de parecer "librepensador" sigue a los precursores del aplauso...
Hasta que pasan 5 , 10, 15, 20 minutos... Todo el mundo se mira pero nadie se atreve a dar el primer paso y acabar con ese suplicio.
Pasado el tiempo el panadero de la ciudad deja de aplaudir y como de un efecto dominó se tratase los demás también. El panadero había salvado de esa tortura cosaca a todos sus compañeros de reunión. Sin embargo él no tuvo tanta suerte y fue arrestado al día siguiente de dicha reunión.
http://historianecdotica.blogspot.com/2009/09/el-aplauso-mas-largo-de-la-historia.html
Esta historia que hoy contamos sucede en una reunión de pueblo de la antigua Unión Soviética. El presidente de la mesa nombra al "Camarada Stalin" cuando en ese momento una minoría entusiasmada de los asistente irrumpe en aplausos, el pueblo temeroso de parecer "librepensador" sigue a los precursores del aplauso...
Hasta que pasan 5 , 10, 15, 20 minutos... Todo el mundo se mira pero nadie se atreve a dar el primer paso y acabar con ese suplicio.
Pasado el tiempo el panadero de la ciudad deja de aplaudir y como de un efecto dominó se tratase los demás también. El panadero había salvado de esa tortura cosaca a todos sus compañeros de reunión. Sin embargo él no tuvo tanta suerte y fue arrestado al día siguiente de dicha reunión.
#7 Creo recordar que esa anecdota la leí en "Archipielago Gulag"...
Efectivamente.
"Veamos ahora una imagen usual en esos años. Se estaba celebrando en la región de Moscú una conferencia distrital del partido. La moderaba el nuevo secretario del Comité Regional en sustitución del que habían encarcelado recientemente. Al final de la conferencia se adoptó una resolución de fidelidad al camarada Stalin. Naturalmente, todos se pusieron de pie (como se ponían de pie, de un salto, cada vez que se mencionaba su nombre en el curso de la conferencia). La pequeña sala prorrumpió en «tumultuosos aplausos que desembocaron en una ovación». Tres minutos, cuatro minutos, cinco minutos, y continuaban siendo tumultuosos y desembocando en ovación. Pero las palmas de las manos dolían ya. Se entumecían los brazos levantados. Los hombres maduros iban quedándose sin aliento. Se trataba de una estupidez insoportable incluso para los que adoraban sinceramente a Stalin. Pero ¿quién sería el primero que se atrevería a parar? Habría podido hacerlo el secretario del Comité Regional, que estaba en la tribuna y que acababa de dar lectura a la resolución. Pero él era reciente en el puesto y estaba en lugar del encarcelado, ¡él tenía miedo! ¡En la sala había miembros del NKVD aplaudiendo de pie y controlando quién paraba primero! ¡Y en aquella pequeña sala perdida, sin que llegaran al líder, los aplausos hacía seis minutos que duraban! ¡Siete minutos! ¡Ocho minutos! ¡Estaban perdidos! ¡Eran hombres muertos! ¡Ya no podían parar hasta que les diera un ataque cardíaco! En el fondo de la sala, por lo menos, entre las apreturas, se podía hacer trampa, se podía batir palmas más espaciadamente, con menos fuerza, con menos vehemencia, ¡pero en la presidencia, a la vista de todo el mundo! El director de la fábrica de papel del lugar, un hombre fuerte e independiente, de pie en la presidencia, era consciente de la falsedad de aquella situación sin salida, ¡y sin embargo aplaudía! ¡Ya iban nueve minutos! ¡Diez! Miró con desesperanza al secretario del Comité Regional, pero este no se atrevía a parar. ¡Una locura! ¡Una locura colectiva! Mirándose unos a otros con un atisbo de esperanza, pero fingiendo éxtasis en sus caras, los jefes del distrito aplaudirían hasta desplomarse, ¡hasta que los sacaran en camilla! ¡E incluso entonces, los que quedaran no vacilarían! Y en el minuto once, el director de la fábrica de papel adoptó un aire diligente y se dejó caer en su asiento de la presidencia. ¡Y se produjo el milagro!, ¿adónde había ido a parar aquel entusiasmo incontenible e inenarrable? Todos dejaron de aplaudir a la vez y se sentaron. ¡Estaban salvados! ¡La ardilla se las había ingeniado para salir de la rueda!
Sin embargo, así es como se ponen en evidencia los hombres independientes. De esta manera los eliminan. Aquella misma noche el director de la fábrica fue arrestado. Le cargaron fácilmente diez años por otro motivo. Pero después de firmar el 206 (el acta final del sumario), el juez de instrucción le recordó:
—¡Y nunca sea el primero en dejar de aplaudir!
Alexandr Solzhenitsin, Archipiélago Gulag (pág 98)"
#9 Hola. Gracias por "las gracias". Sobre las faltas, en realidad hay más de una. Por ejemplo, récord, ópera, Plácido y Berlín llevan tilde; los meses no se escriben con mayúscula y, cuando se escribe una pregunta, hay que poner el signo de interrogación también al principio.
#10 Cierto, faltaban muchas tildes. En cuanto a los signos de interrogación al principio, lo hago totalmente consciente. Se que es una falta en castellano, pero estoy totalmente influenciado por el inglés en esa regla. También tiendo a usar expresiones de calle, vulgares, y otras cosas que están fuera de la norma. Así de malo soy escribiendo. Es mi forma involuntaria de mutar el lenguaje jeje
"Corría el año 1991 y después de que Placido finalizara su trabajo alrededor de Otelo en Viena, el público del lugar le regaló ni mas ni menos que 80 minutos de aplausos ininterrumpidos"
Hola, soy el autor del post original.
Muchas gracias por los meneos, me ha hecho mucha ilusión aparecer aquí.
En cuanto a las faltas de ortografía, pido mil disculpas, aunque solo he encontrado el "hay" fuera de lugar, que corregiré ahora mismo. #3 Si un error en diez párrafos hacen el articulo un desastre, ¿1 error en una frase que es?; "...Totalmente de acuerdo con el tema de las faltas del "artítulo"; es un desastre."
Espero no haber causado muchos daños, y cuidado con las autolesiones #1 : "...por ahí que "ahce" daño a los ojos..."
De nuevo gracias por el interés en el pequeño articulo.
#9 Hombre, si comparas cambiar de orden dos letras por escribir deprisa con confundir un ahí con hay pues muy bien, tendré cuidado con las autolesiones.... pero vamos, que si cometes una falta no pasa nada por aceptarlo y cambiarla, no hace falta sacar punta a los comentarios de quien te los señala.
¿80 minutos aplaudiendo sin parar? Al final acabarían golpeando un muñón contra otro
Menos mal que es una errata... aunque los 16 minutos también deben de dejar las manos calentitas, calentitas.
Comentarios
http://historianecdotica.blogspot.com/2009/09/el-aplauso-mas-largo-de-la-historia.html
Esta historia que hoy contamos sucede en una reunión de pueblo de la antigua Unión Soviética. El presidente de la mesa nombra al "Camarada Stalin" cuando en ese momento una minoría entusiasmada de los asistente irrumpe en aplausos, el pueblo temeroso de parecer "librepensador" sigue a los precursores del aplauso...
Hasta que pasan 5 , 10, 15, 20 minutos... Todo el mundo se mira pero nadie se atreve a dar el primer paso y acabar con ese suplicio.
Pasado el tiempo el panadero de la ciudad deja de aplaudir y como de un efecto dominó se tratase los demás también. El panadero había salvado de esa tortura cosaca a todos sus compañeros de reunión. Sin embargo él no tuvo tanta suerte y fue arrestado al día siguiente de dicha reunión.
#7 Creo recordar que esa anecdota la leí en "Archipielago Gulag"...
Efectivamente.
"Veamos ahora una imagen usual en esos años. Se estaba celebrando en la región de Moscú una conferencia distrital del partido. La moderaba el nuevo secretario del Comité Regional en sustitución del que habían encarcelado recientemente. Al final de la conferencia se adoptó una resolución de fidelidad al camarada Stalin. Naturalmente, todos se pusieron de pie (como se ponían de pie, de un salto, cada vez que se mencionaba su nombre en el curso de la conferencia). La pequeña sala prorrumpió en «tumultuosos aplausos que desembocaron en una ovación». Tres minutos, cuatro minutos, cinco minutos, y continuaban siendo tumultuosos y desembocando en ovación. Pero las palmas de las manos dolían ya. Se entumecían los brazos levantados. Los hombres maduros iban quedándose sin aliento. Se trataba de una estupidez insoportable incluso para los que adoraban sinceramente a Stalin. Pero ¿quién sería el primero que se atrevería a parar? Habría podido hacerlo el secretario del Comité Regional, que estaba en la tribuna y que acababa de dar lectura a la resolución. Pero él era reciente en el puesto y estaba en lugar del encarcelado, ¡él tenía miedo! ¡En la sala había miembros del NKVD aplaudiendo de pie y controlando quién paraba primero! ¡Y en aquella pequeña sala perdida, sin que llegaran al líder, los aplausos hacía seis minutos que duraban! ¡Siete minutos! ¡Ocho minutos! ¡Estaban perdidos! ¡Eran hombres muertos! ¡Ya no podían parar hasta que les diera un ataque cardíaco! En el fondo de la sala, por lo menos, entre las apreturas, se podía hacer trampa, se podía batir palmas más espaciadamente, con menos fuerza, con menos vehemencia, ¡pero en la presidencia, a la vista de todo el mundo! El director de la fábrica de papel del lugar, un hombre fuerte e independiente, de pie en la presidencia, era consciente de la falsedad de aquella situación sin salida, ¡y sin embargo aplaudía! ¡Ya iban nueve minutos! ¡Diez! Miró con desesperanza al secretario del Comité Regional, pero este no se atrevía a parar. ¡Una locura! ¡Una locura colectiva! Mirándose unos a otros con un atisbo de esperanza, pero fingiendo éxtasis en sus caras, los jefes del distrito aplaudirían hasta desplomarse, ¡hasta que los sacaran en camilla! ¡E incluso entonces, los que quedaran no vacilarían! Y en el minuto once, el director de la fábrica de papel adoptó un aire diligente y se dejó caer en su asiento de la presidencia. ¡Y se produjo el milagro!, ¿adónde había ido a parar aquel entusiasmo incontenible e inenarrable? Todos dejaron de aplaudir a la vez y se sentaron. ¡Estaban salvados! ¡La ardilla se las había ingeniado para salir de la rueda!
Sin embargo, así es como se ponen en evidencia los hombres independientes. De esta manera los eliminan. Aquella misma noche el director de la fábrica fue arrestado. Le cargaron fácilmente diez años por otro motivo. Pero después de firmar el 206 (el acta final del sumario), el juez de instrucción le recordó:
—¡Y nunca sea el primero en dejar de aplaudir!
Alexandr Solzhenitsin, Archipiélago Gulag (pág 98)"
http://dicybug.wordpress.com/2011/06/16/archipielago-gulag-i/
#9 Hola. Gracias por "las gracias". Sobre las faltas, en realidad hay más de una. Por ejemplo, récord, ópera, Plácido y Berlín llevan tilde; los meses no se escriben con mayúscula y, cuando se escribe una pregunta, hay que poner el signo de interrogación también al principio.
#10 Cierto, faltaban muchas tildes. En cuanto a los signos de interrogación al principio, lo hago totalmente consciente. Se que es una falta en castellano, pero estoy totalmente influenciado por el inglés en esa regla. También tiendo a usar expresiones de calle, vulgares, y otras cosas que están fuera de la norma. Así de malo soy escribiendo. Es mi forma involuntaria de mutar el lenguaje jeje
Yo soy él y no sé si me haría mucha ilusión al final...
Perdón, editado
"Corría el año 1991 y después de que Placido finalizara su trabajo alrededor de Otelo en Viena, el público del lugar le regaló ni mas ni menos que 80 minutos de aplausos ininterrumpidos"
O el titular está mal, o aquí pasa algo...
#1 #2 ¡Lapsus brutal! Perdón. Ya está corregido, muchas gracias.
#1 Totalmente de acuerdo con el tema de las faltas del artítulo; es un desastre.
Hola, soy el autor del post original.
Muchas gracias por los meneos, me ha hecho mucha ilusión aparecer aquí.
En cuanto a las faltas de ortografía, pido mil disculpas, aunque solo he encontrado el "hay" fuera de lugar, que corregiré ahora mismo.
#3 Si un error en diez párrafos hacen el articulo un desastre, ¿1 error en una frase que es?; "...Totalmente de acuerdo con el tema de las faltas del "artítulo"; es un desastre."
Espero no haber causado muchos daños, y cuidado con las autolesiones #1 : "...por ahí que "ahce" daño a los ojos..."
De nuevo gracias por el interés en el pequeño articulo.
#9 Hombre, si comparas cambiar de orden dos letras por escribir deprisa con confundir un ahí con hay pues muy bien, tendré cuidado con las autolesiones.... pero vamos, que si cometes una falta no pasa nada por aceptarlo y cambiarla, no hace falta sacar punta a los comentarios de quien te los señala.
¿80 minutos aplaudiendo sin parar? Al final acabarían golpeando un muñón contra otro
Menos mal que es una errata... aunque los 16 minutos también deben de dejar las manos calentitas, calentitas.
Titular erróneo si te lees el artículo.... y encima hay un "hay" en vez de "ahí" por ahí que ahce daño a los ojos...