Algo está pasando en el comercio de alimentos. Los precios abusivamente bajos que pagan a los agricultores las grandes cadenas de distribución, unido al paradójico encarecimiento de muchos alimentos básicos está propiciando una sorprendente novedad: la eclosión de los circuitos alimentarios que ponen en contacto directo a productor y consumidor, como hace un siglo, sí, pero, utilizando la más moderna tecnología. Las mejores naranjas de Valencia se venden hoy en...Internet.
Comentarios
Casi todo lo que suelen ser avances en este campo me recuerda cada vez más a cómo hacía las cosas la abuela Julia y la abuela Manuela: comprar al productor; no usar bolsas (carrito legendario); reducir embases (Manolo, ponme dos de pintas. Aquí las tienes, Manuela, en tu papel de estraza); reciclar (aquí te traigo el casco, Isidoro); produccion local (¿y esto qué es? ¡Es un plátano, señá Julia? Bueno, pues ponme aceitunas de Camporreal y melones de Villaconejo también).
Sé que es resumido e idealizado, pero las concomitancias están ahí.