No se conoce el caso de un ministro de Educación o de Justicia que no haya querido poner su nombre a una ley. José Ignacio Wert y Alberto parecen tener prisa en conseguirlo, aunque la paternidad de algunos de sus proyectos tiene otros apellidos: la Iglesia católica y el sector más conservador del PP.
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Ciudadanos= malo
Consumidores=bueno
Feligreses =consumidores ignorantes= muy bueno
Los que no estén de acuerdo = terroristas