En una viñeta de Gila, un verdugo ofrecía un cigarrillo al reo al que estaba a punto de decapitar. “No, gracias, lo estoy dejando”, contestaba éste. Parece otro chiste de humor negro, pero va en serio: un equipo de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, ha estudiado la última comida de 247 condenados a muerte en aquel país. ¿La conclusión? Mucha carne y fritanga, pocas verduras y ensaladas y bastante fast-food. Una dieta, en definitiva, que te puede llevar a la tumba… si no fuera porque ya tienes pie y medio en ella.
Comentarios
Como para preocuparse del colesterol en ese momento.
Pero para terminar se piden el café con sacarina, así no se sienten tan culpables
#3 Y la cocacola light.
Buahhh yo también me volvería loco, ¡¡¡me pediría un rebozado de pollo con langostinos, patatas fritas y huevos fritos!!!
Joder, es que habría que tenerlos cuadrados para pedirse un platito de brécol o de acelgas. Yo desde luego no...
. Otro clásico para regar las últimas comidas es la Coca-Cola (el alcohol no está permitido)
¿Temen que se emborrache? pues es una pena,al menos les serviría para aturdirlos en semejante trago.
¿Y se lavarán las manos antes de comer?
¿Esterilizarán la aguja?
¿Tendrá licencia de manipulación de alimentos el cocinero?
Yo me pediría el cubo King-Size de KFC a ver si me atraganto con un hueso de pollo y muero asfixiado antes de la ejecución.
Un momento...¿morir asfixiado? Creo que pediré unas acelgas
Les va a matar esa comida...