El cine estaba considerado como un instrumento cultural, fundamental para conocer e interpretar el mundo. Pero siempre tuvo en su contra a determinadas formas de entender la cultura, al sistema establecido, que siempre ha mirado al cine con recelos. Un ejemplo de la estrategia del sistema es que el Premio Nacional de Cinematografía se lo hayan concedido este año a Juan Antonio Bayona por Lo imposible, argumentando, entre otras cuestiones, como elemento a su favor la recaudación en taquilla. Se ha cambiado el sistema.
Comentarios
La deriva del cine va en consonancia con el capitalismo cada vez más asalvajado del mundo actual.
Lo que persiguen los productores no es ni más ni menos que maximizar el beneficio de la inversión y reducir los riesgos de fracaso.
Actualmente se consigue produciendo blockbusters que gusten y atraigan al mayor número de espectadores, al mismo tiempo que se puedan vender al mayor número de países.
Con ese planteamiento no queda mucho hueco para experimentos artísticos... algunos de los cuales terminan en truños soporíferos. Tampoco ayudan mucho los críticos y la parafernalia competitiva de los festivales y entregas de premios.