Hannah Arendt lo remachó hace años: el peor enemigo de una autoridad enloquecida es el desprecio y la mejor manera de socavarla es la risa.[TRADUCCIÓN]
Un comisario de los Mossos habla de ratas que lo pagarán caro; el responsable de los antidisturbios afirma en la TV que zurraría a Gandhi, si hiciera falta; un consejero de Interior desbocado exige como única alternativa que vuelva el miedo, y la policía, esta semana, visita rectores universitarios para exigir listados del estudiantado activo. Como guinda, una web, operativa desde ayer, que viola abiertamente la presunción de inocencia, la privacidad y la intimidad, fomenta la perversión de la delación y azuza la persecución.
McCarthy, 1950. Catalunya, abril de 2012. Cacería de brujas decretada, Interior intenta implicar a una parte de la sociedad en la represión contra la disidencia.
Todas las dictaduras lo hacen. Pero, bien mirado y a pesar de la dinámica perversa y obsesiva que generará, la activación de la web habla más del lenguaje de la impotencia del poder, incapaz de descodificar las raíces y la extensión del malestar, pero no su fortaleza. Débil, el sometedor convergente sólo recurre a la coerción para imponer las tijeras en base a porras.
Lo decía la gente del movimiento tupamaro en tiempos peores: si han venido de nuevo es porque todavía estamos.
Si reclaman el regreso del miedo es porque saben que, hace apenas un año, las plazas proclamaron que lo habíamos perdido.
Y cuando la gente que manda pierde la vergüenza, hace falta que la gente obligada a obedecer le pierda el miedo.
Hay que perderlo del todo.
Hannah Arendt lo remachó hace años: el peor enemigo de una autoridad enloquecida es el desprecio y la mejor manera de socavarla es la risa.
A las nuevas personas proscritas, nuestra mejor sonrisa. Y la solidaridad y el apoyo mutuo. Estamos con vosotr@s.
Parece que algunos "profesionales" no tienen muy claro quienes son sus "clientes". Por no decir de falta de espíritu democrático, o de saber cuál es el papel de un cuerpo de seguridad civil en el marco de un país occidental.
Me recuerda a las quejas de los periodistas españoles cuando agricultores franceses tiraban productos españoles a la carretera, mientras los gendarmes miraban y vigilaban, pero no intervenían. La repuesta que obtenían era:
"sabemos quienes son los que pagan nuestros salarios".
Comentarios
TRADUCCIÓN:
"Desafiar el régimen, desobedecer el miedo"
Un comisario de los Mossos habla de ratas que lo pagarán caro; el responsable de los antidisturbios afirma en la TV que zurraría a Gandhi, si hiciera falta; un consejero de Interior desbocado exige como única alternativa que vuelva el miedo, y la policía, esta semana, visita rectores universitarios para exigir listados del estudiantado activo. Como guinda, una web, operativa desde ayer, que viola abiertamente la presunción de inocencia, la privacidad y la intimidad, fomenta la perversión de la delación y azuza la persecución.
McCarthy, 1950. Catalunya, abril de 2012. Cacería de brujas decretada, Interior intenta implicar a una parte de la sociedad en la represión contra la disidencia.
Todas las dictaduras lo hacen. Pero, bien mirado y a pesar de la dinámica perversa y obsesiva que generará, la activación de la web habla más del lenguaje de la impotencia del poder, incapaz de descodificar las raíces y la extensión del malestar, pero no su fortaleza. Débil, el sometedor convergente sólo recurre a la coerción para imponer las tijeras en base a porras.
Lo decía la gente del movimiento tupamaro en tiempos peores: si han venido de nuevo es porque todavía estamos.
Si reclaman el regreso del miedo es porque saben que, hace apenas un año, las plazas proclamaron que lo habíamos perdido.
Y cuando la gente que manda pierde la vergüenza, hace falta que la gente obligada a obedecer le pierda el miedo.
Hay que perderlo del todo.
Hannah Arendt lo remachó hace años: el peor enemigo de una autoridad enloquecida es el desprecio y la mejor manera de socavarla es la risa.
A las nuevas personas proscritas, nuestra mejor sonrisa. Y la solidaridad y el apoyo mutuo. Estamos con vosotr@s.
Sólo hay que tenerle miedo al miedo.
#1 El vídeo...
"chapeau"
#2 De hecho #0 yo añadiría el icono video. Más que un editorial es un Vídeoeditorial
Un comisario de los Mossos habla de ratas que lo pagarán caro
y lo dijo vestido de portero del Palace pero sin chistera (se la habían comido los roedores)
#4 Pero lo decía por su madre, que había ido al mercado y había notado una fuerte subida del ipc...
Parece que algunos "profesionales" no tienen muy claro quienes son sus "clientes". Por no decir de falta de espíritu democrático, o de saber cuál es el papel de un cuerpo de seguridad civil en el marco de un país occidental.
Me recuerda a las quejas de los periodistas españoles cuando agricultores franceses tiraban productos españoles a la carretera, mientras los gendarmes miraban y vigilaban, pero no intervenían. La repuesta que obtenían era:
"sabemos quienes son los que pagan nuestros salarios".