La deuda pública, tal y como la conocemos hoy, con emisiones previstas y limitadas en las Leyes de Presupuestos anuales, empezó a implantarse con los Gobiernos liberales de Isabel II. España alcanzó niveles récord de endeudamiento que al final nos llevaron a la quiebra, no con la Guerra de la Convención, ni con la Guerra de la Independencia, sino con las Guerras Carlistas. Además de endeudarse el Estado enormemente, se procedió a la desamortización de bienes de la Iglesia para, con su venta, sufragar los gastos de guerra, y además se privatizaron a favor de los Rothschild bienes estratégicos nacionales de gran valor, como el azogue de las minas de Almadén. Los Rothschild consiguieron con ello prácticamente el monopolio mundial de este producto, a cambio de conceder al Gobierno liberal español un empréstito bestial a un interés muy elevado, que naturalmente, no pudo pagar.
Me extraña que no se mencione nada de esto en el artículo.
Los Juros y Vales Reales eran el chocolate del loro comparado con los niveles de deuda actuales.
En resumen, la maravilla de dirigentes que tuvimos durante el siglo XIX.
Y no, no incluyo el XX, no porque los dirigentes fueran buenos, sino porque los que había tenían una obsesión casi enfermiza en no incrementar la deuda pública. Afortunadamente.
Porque hay que pagar la deuda que vence, es preferible cumplir los plazos, aunque haya que volver a endeudarse para lograrlo.
Sería mucho peor si no la emitiéramos. Sólo el pensar la que se montaría si el Estado se quedara sin liquidez.
No defiendo que nos sigamos endeudando, pero lo cierto es que a dia de hoy hay que hacer rollover en los vencimientos, porque no hay pasta para pagarlos.
Comentarios
Si la de España es un monstruo, cuál es el nombre para la de Italia o la de Grecia? Ojo.
#2 Por no hablar de la de Japón o UK.
La deuda pública, tal y como la conocemos hoy, con emisiones previstas y limitadas en las Leyes de Presupuestos anuales, empezó a implantarse con los Gobiernos liberales de Isabel II. España alcanzó niveles récord de endeudamiento que al final nos llevaron a la quiebra, no con la Guerra de la Convención, ni con la Guerra de la Independencia, sino con las Guerras Carlistas. Además de endeudarse el Estado enormemente, se procedió a la desamortización de bienes de la Iglesia para, con su venta, sufragar los gastos de guerra, y además se privatizaron a favor de los Rothschild bienes estratégicos nacionales de gran valor, como el azogue de las minas de Almadén. Los Rothschild consiguieron con ello prácticamente el monopolio mundial de este producto, a cambio de conceder al Gobierno liberal español un empréstito bestial a un interés muy elevado, que naturalmente, no pudo pagar.
Me extraña que no se mencione nada de esto en el artículo.
Los Juros y Vales Reales eran el chocolate del loro comparado con los niveles de deuda actuales.
En resumen, la maravilla de dirigentes que tuvimos durante el siglo XIX.
Y no, no incluyo el XX, no porque los dirigentes fueran buenos, sino porque los que había tenían una obsesión casi enfermiza en no incrementar la deuda pública. Afortunadamente.
Porque hay que pagar la deuda que vence, es preferible cumplir los plazos, aunque haya que volver a endeudarse para lograrlo.
Sería mucho peor si no la emitiéramos. Sólo el pensar la que se montaría si el Estado se quedara sin liquidez.
No defiendo que nos sigamos endeudando, pero lo cierto es que a dia de hoy hay que hacer rollover en los vencimientos, porque no hay pasta para pagarlos.
#1 Está claro... eso evidencia aún más el problema de fondo que tenemos con el funcionariado español y la competitividad laboral.
#1 Madre mía, ya quisieramos, ya, pero ¿os imágináis que el estado tuviese que pagar el 70 % del PIB en un promedio de cinco años?
Eso si que serían recortes, sí.