Publicado hace 10 años por cometaysinembargo a love-linguistics.blogspot.com.es

Hace unos días empecé a estudiar portugués en una conocida institución de mi ciudad. Tenía mucha ilusión por volver a ser alumna de idiomas en lugar de profesora, aunque sabía que sería muy crítica con la pedagogía. Sin embargo, no podía imaginarme que la primera clase sería un ejemplo modélico de qué no hacer al empezar un curso de lenguas extranjeras. Si hubiera tenido que decidir qué errores no han de cometerse el primer día, no habría podido hacer una lista más exhaustiva que todo lo que aconteció en aquella hora y media.

Comentarios

conversador

Ahora falta la segunda parte:

Diez errores que los alumnos debemos evitar el primer día de clase

Guanarteme

Faltan, que te la sude que los alumnos hablen en clase, lleguen tarde o se pasen el rato chateando y pasarte de borde (que asustas al personal) o de buen rollo.

listuam

El.segundo día nadie había notado nada, muy al contrario.
Vamos que la profe estaba como un tren.

t

Ahora, que lo mejor llegó el segundo día. Después de escandalizarme sobre lo nefasta que me había parecido la presentación del curso, me encuentro a los compañeros y me dicen que están muy contentos porque la profe parece muy simpática y no creen que nos haga trabajar mucho.

Esta actitud es algo que siempre me ha llamado la atención. Bueno, miento, reconozco que en mis tiempos siempre me he alegrado cuando faltaba un profesor, y si nos hacía trabajar poco, pues mejor. Pero luego lo piensas, y te das cuenta de que estás pagando una pasta al año, y que ese día que el profesor no ha venido son unas horas de formación que tú has pagado y no vas a recibir. Y por la misma regla de tres, si un profesor te aprueba sin trabajar, está escurriendo el bulto, porque tú pagas para que te dén una formación que no estás recibiendo.

Estas reflexiones las hago más ahora que soy más viejuno, que supongo que es lo lógico, pero veo gente de mi misma edad (y bastante mayores, que tampoco estoy tan viejo) que siguen en este sentido con los esquemas mentales del adolescente de instituto que está feliz porque el profe no ha venido y se puede ir. Aunque estén pagando el curso a precio de oro.