La Junta de Andalucía decide tomar cartas en el asunto. La falta de respeto, incluso la violencia, hacia el profesorado así como el desinterés de los malos estudiantes que hacen arrastrar al resto de la clase hacia el abismo educativo, ha hecho tomar esta decisión que da más autonomía a los centros y una mayor capacidad de toma de decisiones a los directores, a los que los dota de un mando incuestionable en las decisiones disciplinarias, ya que podrán expulsar a los alumnos de colegios e institutos hasta un mes e incluso de forma indefinida.
Comentarios
No me parece mal para evitar dilaciones excesivas del Consejo Escolar. Pero el problema no se ataja si el castigo máximo es la expulsión del centro, porque lo único que se hace es pasarse el marrón de un centro a otro. Es necesario que existan centros especializados (y no, no estoy hablando de reformatorios ni de nada así) en alumnos con comportamientos disruptivos. Con muchos más medios por alumno que los centros normales. En el que se cuiden con todo el mimo posible los derechos de estos alumnos difíciles. Y que permitan que en los centros no especiales se respeten los derechos de aquellos alumnos tan raros que asisten a clase para aprender y formarse.
Como antes, lo que pasa es que tenía que pasar por el Consejo Escolar, que es mucho más garantista que la expulsión por que sí.
Esta bien esto, ya basta de tanto derecho humano a la educación y todo esto.
Ahora en serio, como se ha eliminado la posibilidad de otros castigos, o correctivos, o educación cívica mas adecuados, no queda mas que expulsarlo. ¿Pero que ocurrirá cuando vuelva? A un niño, a menos que sea un monstruo, debe haber manera de poder educarlo de manera que pueda participar en clase como uno más. ¿Por privarlo de la escuela va a ganar en educación? Yo casi apostaría que un "castigo" más efectivo sería que recibiera clases especiales de ética, filosofía y conducta teniendo que quedarse más horas de las correspondientes.
y expulsarlos de donde deben estar es el castigo?
vaya tela...