Es un sitio perfecto para estudiar la composición del suelo y la vida de las lombrices. Se pueden calcular las dimensiones del pozo por la cantidad de baldosas que faltan. Y si alguien se zambulle en esa boca negra, parecida a la de un volcán, puede intentar un viaje al centro de la Tierra. Biología, matemáticas, literatura, geometría, un sinfín de curiosidades brota de esa caverna que suena a fantástica, pero es bien real: un cráter de dos metros de profundidad en el patio de la escuela 30 de Tigre, a tres semanas del comienzo de las clases.
Comentarios
Por dios, que los gobernantes se dejen de hablar pavadas y que inviertan en educación.
Si le añades grietas, falsos techos que impiden abrir ventanas, falta de calefacción, que caigan cascotes, y que salte la electricidad cada dos por tres, te da el instituto al que iba, y en España.
Vergonzoso