Muchos años de trabajo muy bien pagados, una indemnización por los daños del Prestige, golpes de fortuna en alguna compra-venta y la lotería. Fueron los argumentos esgrimidos por la familia del narcotraficante arousano Guillermo Abalo Maneiro para justificar un abultado y "sospechoso" patrimonio que incluye, entre otros bienes, tres chalés, varios barcos y una batea. Guillermo Abalo había sido condenado en 1998 por la Audiencia Provincial de Zaragoza a una pena de 8 años de prisión por vender tres kilogramos de cocaína.
Comentarios
No es Fabra, malpensados
#1 Es su padawan
LA FAMILIA ES CORRUPCIÓN
Otra vez queda patente:
EL PP ES MAFIA Y CORRUPCIÓN.